¡Qué emoción, me largué!. Primero pusimos un video de mi vida, pero como el tema es que meta operación, meta operación no me parezco ni a la Cristina que era hace dos años, pusieron en sepia fotos de este verano.
Atención: ampliar esta foto puede ser perjudicial a mi imagen de campaña
Estaban todos,
Filmus que no le daba bola nadie,
Leornardo Favio hecho pelota, pobrecito,
Mercedes Sosa, hecha pelota, pobrecita,
Scioli que bostezaba,
Ginés que roncaba,
Néstor que se comía las uñas de los nervios, y la yegua de mi cuñada
Alicia que me odia, para mí que me ojeó. Estaban
Fernández de Rosa y Jerez, el pobre albañil que cobra unos míseros $7.000 en la Cámara de Diputados de la Provincia, amor, cuánto sufrió durante su secuestro. También mi viejita seguía mi discurso, y mi hermana que está más cerca de la lobotomía que de un cargo político. Todos, estaban todos. Todos no, no la ví a
Nilda Garré ni a
Romina Picolotti.
Lo sé el discurso fue un embole, pero es así, hay que hablar raro, gesticular, impostar la voz, qué se yo. Para colmo la boluda que traducía al lado mío para los sordos me hacía confundir (¿Me pregunto, a qué sordo le hablaría?).
Ni bien arranqué
le marqué el territorio a Néstor, recordé que cuando vinimos a este Teatro hace cuatro años teníamos más desocupados que votos. ¡Tomá conchudo!, ¿Qué conducción me reclamás si hace dos años que no me tocás?.
Seguí hablando huevadas 40 minutos y después lo comparé con
Mariano Moreno y al final me quebré (quedó bien?) y le dije que era un hombre fuera de lo común, que lo admino desde hace 30 años. ¡Cómo no lo voy a admirar!, si cuando todos los amigos andaban peleando por una Patria Libre Justa y Soberana, cagándose a tiros con la
Triple A y luego con los milicos, él me llevó al Sur. Y en diez años, de comer fideos pasamos a millonarios.
Cómo no me voy a emocionar si él a base de esfuerzo y de desalojos de tipos colgados de la circular 1050 de Martínez de Hoz consiguió los 36 departamentos que declaramos. O cuando los infantiles de sus ex compañeros planeaban la
contraofensiva Montonera del 79, él ya era abogado de las empresas Petroleras más importantes del mundo. Sí, casi lloro.
Adentro todo era alegría, papelitos celestes y blancos,
Patricia Sosa a morir. Afuera, se mataban a palos. Alberto, después, me dijo que había estado fantástica, un poco dura en la voz y los gestos, pero qué quiere, si hace cuatro días que no voy al baño.
Hoy armo las valijas y mañana sábado salgo para España.
¡Comenzó la Campaña, carajo!