jueves, 2 de agosto de 2007

Chespirito

Volví. Estoy cansada, harta de Néstor y su séquito de chupamedias. Me lo tuve quer bancar a Jorge Yoma (¿En qué momento de loca estupidez lo nombramos embajador en México?). Encima la humedad y el calor me deformaron el labio superior. ¡Me cago en el colágeno berreta, por Dios!


Anoche Carmencita Aristegui me hizo un reportaje para la CNN en español. Se imaginarán que dije cualquiera. Total no entiende nada de la ralidad local. Destaqué la independiencia de los Poderes públicos y bla, bla, bla.

Con los intelectuales mexicanos todo bien, comieron a reventar mientras yo me desgañitaba explicando el valor de la cultura y otras obviedades. No lo ví a Chespirito ni a Doña Florinda. Néstor se la pasó boludeando de reunión en reunión hasta que se mandó la del muro con los EEUU. Ahí dije basta. Ésos temas los manejo yo.

Ahora vuelvo a la mediocridad local. A bancarme a los periodistas que me persiguen por todos lados. Al pobrerío que va a los actos, a los dirigentes provinciales que me rompen las pelotas en busca de definiciones y otras huevadas por el estilo.

Me parece que me quedo en la cama escuchando las conversaciones telefónicas que graba Aníbal, a ver qué opinan de mí los dirigentes del Frente de la Victoria, y Chau Pinela.